Déjame tomar asiento
en tu preciosa canoa
y poner al cielo proa
navegando por el viento.
Muévame el Divino Aliento
con su poderoso brío.
Éntrame en tu claro río
y súbeme a los alcores
donde ángeles ruiseñores
abren las albas del pío…
emilio ballagas,
de su poema "la virgen sobre
las aguas"
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